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Cómo ahorrarte muchos problemas antes de lanzar tu app

Foto del escritor: Fernando SosaFernando Sosa

Si estás en el ecosistema de las startups habrás notado la cantidad de proyectos que fracasan. Si eres nuevo en este sector, hay algunas consideraciones que tienes que tener en cuenta para evitar cometer los mismos errores que cometieron founders en el pasado al desarrollar sus productos.


El enfoque tradicional

Normalmente, cuando somos nuevos en el área, no sabemos la diferencia entre crear una startup y un negocio tradicional. Enfrentamos nuestro proyecto de software de la misma forma en que lo haríamos con un negocio tradicional (ej: un restaurante). El problema es que una startup tiene muchos más riesgos y factores impredecibles que no encontramos en un negocio tradicional.


El enfoque tradicional se basa en planificar el desarrollo del producto completo, con todas las funcionalidades que podamos imaginar. Crear un producto completo puede durar meses, incluso años.


El problema del enfoque tradicional es que después de mucho dinero, tiempo y esfuerzo invertido, lanzamos el producto, pero el mercado no responde como teníamos proyectado. Nuestros usuarios no entienden el producto, no lo saben usar o el peor de los casos, no lo necesitan.



El enfoque moderno

Un enfoque más reciente y adoptado por muchas startups (considero que todas deberían hacerlo) es construir el producto de forma incremental.


Comenzamos con el Producto Mínimo Viable (MVP), que es un producto con las suficientes características para satisfacer a los clientes iniciales y que podamos lanzar para comenzar a aprender de nuestros primeros usuarios.


Realizamos iteraciones (ciclos de desarrollo), y al final de cada iteración lanzamos una nueva versión de nuestra app, aumentando su complejidad y cantidad de features, además de incorporar los aprendizajes obtenidos de las versiones anteriores. De esta forma, vamos modificando nuestro plan y damos forma a nuestra app a medida que la construimos.


Si lo piensas, este enfoque resulta mucho más efectivo a corto y largo plazo, ya que reduce el riesgo de fracasar al incorporar el feedback del usuario a medida que vamos construyendo nuestro producto.



¿Cómo podemos hacer para aprender lo antes posible?

En el enfoque moderno, si bien es enormemente mejor que el tradicional, requiere que lancemos primero el producto para poder empezar a aprender de nuestros usuarios. Construir un Producto Mínimo Viable podría tomar varias semanas o incluso meses de desarrollo.


¿Cómo podemos hacer para aprender lo antes posible? La respuesta está en el prototipado. Actualmente existen herramientas que nos permiten crear prototipos lo suficientemente realistas de nuestro producto, prácticamente indistinguibles de una aplicación real. Los prototipos realistas nos permiten colocar nuestras ideas ante los potenciales usuarios y observar cómo ellos reaccionan ante nuestra propuesta.


Podemos comparar esto con una película de Netflix. Cuando vemos una película o serie de los años veinte, lo que en la pantalla aparenta ser una ciudad de esa época es en realidad una fachada construida en un set de estudio. De la misma forma, nuestro prototipo es solo una "fachada" de nuestra aplicación real. Esto es suficiente para tener feedback accionable y comenzar a realizar mejoras en nuestro producto. Antes de comenzar a construirlo.


Recuerda: Construir un prototipo es significativamente más barato y rápido que construir un producto real.



Design Sprint

Ahora vamos al momento mágico.


Existe una metodología, desarrollada por Google Ventures que nos permite aterrizar la primera versión de nuestra idea a un prototipo realista. Además, validarla ante usuarios reales. ¡Todo esto en 4 días!


Esta metodología se llama Design Sprint, enfoque que acelera considerablemente la toma de decisiones y reduce el riesgo en los proyectos. La finalidad es construir un prototipo testable con los futuros usuarios.


Cada día tiene un objetivo claro y concreto:



Día 1 - Comprender y definir

La semana del Design Sprint comienza con la comprensión del desafío y la exploración del espacio del problema. Eso implica que el equipo comparta su conocimiento y experiencia, se identifique con los usuarios y mapee sus viajes y experiencias para identificar puntos débiles y oportunidades para el futuro.


Con una comprensión compartida del problema, tu equipo estará listo para definir la dirección del sprint y determinar las preguntas y los riesgos que deben responderse al final del Design Sprint.


Resultados: Una comprensión compartida del desafío y enfoque en el área de mayor impacto.



Día 2 - Idear y decidir

En esta fase cada miembro del equipo encuentra su propia solución única al problema. Partiendo de esto, el equipo elegirá una solución de todas.


La solución seleccionada suele ser una combinación de las mejores partes de múltiples ideas, formando un concepto final que se creará como prototipo al día siguiente.



Día 3 - Prototipar

En un Design Sprint, un prototipo es una hipótesis, una solución propuesta para un problema específico que se probará con usuarios reales. El equipo tiene un día para construir una “fachada” realista del concepto ganador.



Día 4 - Testear

En el último día del Design Sprint se prueba el prototipo con 5 usuarios para validar o invalidar la solución. El equipo obtendrá comentarios de primera mano de clientes reales después de solo 4 días, para que sepas cómo seguir adelante con el proyecto.


Resultados: En lugar de invertir meses de tiempo y recursos para desarrollar, probar y lanzar completamente un producto, el Design Sprint te permiten probar y ver el potencial de una idea en solo 4 días.



Descubre cómo podemos ayudarte como Facilitadores del Design Sprint:

¿Qué puede lograr tu equipo con un Design Sprint?

¿Qué puedes esperar durante el Design Sprint?

¿Por qué debería contratar un experto en Design Sprint?

¿Pueden fracasar los Design Sprint?

¿Es presencial o virtual?

¿Cómo puedo contactarlos?


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